El ejercicio físico en la persona diabética

El ejercicio físico es una de las formas de tratamiento de la diabetes mellitus. El programa de entrenamiento en estos pacientes debe estar orientado a controlar la glucemia, el mantenimiento del peso ideal, mejorar la calidad de vida y evitar la aparición de posibles complicaciones. Asimismo la práctica debe estar diseñada de acuerdo al tipo diabetes. En los pacientes con diabetes tipo I o insulinodependientes, el ejercicio puede aumentar la sensibilidad a la insulina, aunque esto no implique un óptimo control de la diabetes de forma automática.

Para conseguir niveles más bajos de glucemia a largo plazo, los enfermos deben desarrollar una actividad física diaria, teniendo en cuenta diversos factores como el momento del día en que se realiza, su duración e intensidad, los niveles de glucemia antes del ejercicio y el tipo y la dosis de insulina utilizada. Existen normas básicas que deben tenerse en cuenta antes de iniciar una sesión de ejercicio para el caso específico de los insulinodependientes:

Inyectar la insulina en grupos musculares que no se movilicen durante la práctica. Planificar la actividad física para realizarla de forma regular y a la misma hora cada día, preferiblemente durante las primeras horas de la mañana, y adaptarla al horario de las comidas y de la acción de la insulina. Consumir una cantidad extra de hidratos de carbono antes o durante el ejercicio o por el contrario, reducir la dosis de insulina. Evitar los ejercicios en condiciones de calor o frío extremos y durante los periodos de descontrol metabólico.Contar con la supervisión constante de su médico.

Un entrenamiento físico bien diseñado aumenta la utilización de glucosa por el músculo y mejora la sensibilidad a la insulina, por lo que reduce las necesidades diarias de esta hormona o de los hipoglucemiantes orales. Por otro lado, el entrenamiento sistemático controla el peso y evita la obesidad, mantiene la tensión arterial y el colesterol en los niveles normales, evita la ansiedad, la depresión y el estrés. También reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares. Algo importante para cualquier individuo, pero vital en el caso del diabético.

Las personas que viven con diabetes, deben saber que una sesión debe constar de unos diez a veinte minutos de estiramiento y de fuerza muscular, cinco minutos de calentamiento aeróbico, por ejemplo una carrera suave, de quince a sesenta minutos de ejercicio aeróbico a una intensidad apropiada y de cinco a diez minutos de ejercicio de baja intensidad al acabar la práctica deportiva.

Los deportes más recomendables son caminar, correr y montar en bicicleta, pero siempre hay que tener en cuenta el historial médico del paciente. Los diabéticos deben llevar un registro de entrenamiento y consultar siempre con su médico antes de realizar un ejercicio de forma continuada.

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