Tabaquismo femenino

Como resultado de encuestas y sondeos internacionales realizados sobre el hábito de fumar en la población femenina, se sabe que el número de adolescentes y mujeres jóvenes que fuman ha aumentado de manera significativa, al igual que el consumo de alcohol y drogas ilegales. Asimismo resulta muy alarmante que cada vez estas dañinas prácticas comienzan a edades más tempranas.
Se reporta que los hombres dejan de fumar en la actualidad con más facilidad que las mujeres, entonces, necesitamos nosotras hacer un mayor esfuerzo y preocuparnos verdaderamente por dejar este mal hábito que nos envejece de forma prematura, acaba con nuestros huesos, con la salud de todo el cuerpo y puede llegar a matarnos.
Los especialistas señalan que son muchas y variadas las razones por las que cada vez, mas mujeres  fuman o comienzan a edades más tempranas. Se debe tener presente que para enfrentar esta realidad lo fundamental es la prevención y sobre todo evitar esa primera vez. Por tanto, la responsabilidad de la prevención es mayormente de los padres quienes deben estar concientes de que el ejemplo es decisivo.
En encuestas realizadas, para saber las razones que impulsan a las mujeres a fumar  se cita por ejemplo: la necesidad de sentirse aceptadas, el deseo de parecer adultas y tomarlo como una moda al pensar que las hace más sexy o más elegantes. También existen muchos mitos alrededor del cigarro como es el caso de que fumar controla las emociones negativas y el estrés o nos evita engordar.
La realidad es que las mujeres siguen fumando por dependencia a la nicotina, o por la fuerte influencia del padre, la madre, hermanos y otros familiares allegados. Muchas tienen dañada su autoestima y se refugian en el cigarro como un consuelo, más sencillo aún, están atrapadas por la ausencia total de fuerza de voluntad y control para dejarlo o para no empezar a fumar.
También los especialistas encargados de estos estudios concluyen, que el tabaquismo en las mujeres tiene como base fundamental algunos problemas añadidos que no enfrentan los hombres, como son las desigualdades de género, que se manifiestan en la vida laboral y en el propio hogar, dentro o fuera de las relaciones de pareja.
El desempeño de múltiples roles es, asimismo, otro gran generador de estrés para nosotras. Las que fuman piensan que  el cigarro les hace liberar tensiones. Nada más errado: Se conoce que fumar genera más estrés.
Algo muy importante y alentador para abandonar el hábito tabáquico es saber que quienes dejan de fumar notan primero que todo, una gran alegría al ganar esa pelea tan dura. También es considerable el aumento de energía y resistencia. La autoestima mejora al estar convencidas de ser capaces de romper con la adicción y sentirse confiadas en su capacidad para vencer obstáculos. Por otro lado pueden respirar mejor, las comidas saben más sabrosas, recuperan el olfato y se deshacen del olor desagradable a tabaco en la ropa, la piel y el aliento. Sin dudas, lo más importante es alejar  las posibilidades de padecer de cáncer o morir del corazón.
Algunas mujeres cuando dejan de fumar suben de peso, mientras su metabolismo se acostumbra a la ausencia de nicotina que por otra parte, provoca deseos de comer alimentos dulces. Pero eso es sólo por unos meses. Las investigaciones muestran que el aumento promedio es de cinco libras, pero después que se vence la etapa de la deshabituación, estarán en condiciones de ponerse otra meta: eliminar esas libritas de más, creo que intentarlo bien vale la pena. ¿Usted qué opina?

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