La Flor Nacional

Escrito por Omar Felipe Mauri
Hace 80 años, precisamente en octubre, la mariposa blanca se convirtió en atributo de la nación cubana. El Jardín de la Paz, en la ciudad de La Plata, Argentina, convocó a los países del continente a enviar su flor nacional y Cuba decidió constituir una comisión de la cual formaron parte el naturalista Juan Tomás Roig y el sabio Don Fernando Ortiz, entre otros. Cuatro flores fueron propuestas: Galán de noche, Lirio de San Juan, Jacinto de agua y la Mariposa blanca.

De la familia de las Zingiberáceas (alpináceas), la Mariposa blanca, (Hedychium Coronarium Koenig) posee unos 50 géneros y 1 300 especies, entre las más conocidas, el jengibre, la colonia, el ave del paraíso y el lirio de los Alpes.
Originaria del Extremo Oriente de Asia, habita hoy todas las regiones tropicales del planeta, no solo como planta decorativa, sino por los múltiples productos farmacéuticos y culinarios que se obtienen de ellas, tales como el jengibre, el arrurruz de la India, (especie de almidón comestible) y la cúrcuma (componente fundamental para la elaboración del curry).

La mariposa blanca crece hasta un metro de altura, en suelos blandos, húmedos y algo sombreados. Se reproduce por rizomas (tallos subterráneos) y aunque florece todo el año, su mayor floración ocurre en la estación de lluvia. La exquisita fragancia de sus flores armoniza con sencillez de formas y la delicadeza de su textura.
Estas características fueron muy tenidas en cuenta durante el proceso de selección. Fue también decisiva la tradición de las mujeres cubanas de adornar sus cabellos, trajes y hogares, no solo en actos sociales sino como una costumbre secular.

Asimismo, se convirtió en símbolo de patriotismo y rebeldía durante las guerras de independencia del siglo XIX, lo cual la hizo trascender a canciones y poemas muy populares.
Se cuenta que las mujeres mambisas trasladaban mensajes y planos ocultos entres los ramilletes de mariposas y en ocasión de victorias o fechas patrias adornaban con ellas los campamentos rebeldes.
Estas consideraciones, unida a la significación de paz de la blancura y diseño de sus pétalos, el sentido de unidad que expresan todas las flores apretadas a un mismo tallo (similar al haz de varas del escudo), y la imagen de energía y alegría inagotables que deriva de la asociación con el insecto del que proviene su nombre, influyeron en la decisión final.
Los expertos subrayaron también que, a pesar de no ser originaria de Cuba, encontró aquí un hábitat perfecto y crece espontáneamente en todo el archipiélago cubano. Tanto es así, que 

Esteban Pichardo en su Diccionario provincial casi razonado de voces y frases cubanas, en  1862, incluye la mariposa blanca. Así, el 19 de noviembre de 1936, estrena Cuba su Flor Nacional, en el Jardín de la Paz, de Argentina.

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