La depresión
¿Ha
tenido alguna vez la sensación de sentirse triste, decaído emocionalmente, o ha
perdido el interés por las cosas que antes disfrutaba? Es posible que sí, ya
que por lo menos una vez en la vida a toda persona le ocurre algo similar. Si
ha pasado por esta situación, usted sufrió una crisis depresiva.
Una de cada veinte
personas, aproximadamente sufre de depresión y este mal aqueja más a las
mujeres que a los hombres. Dentro de la amplia gama de estados de ánimos por
los que se puede transitar, esa emoción
que de forma temporal afecta todos los aspectos de la existencia, es muy frecuente en el ser humano y si no se
trata correctamente puede traer consecuencias impredecibles tanto para la salud
como para la vida.
En cualquier momento se puede experimentar una
fuerte pesadumbre, sin que podamos atribuirlo a un hecho determinado. Es bueno
que conozca que es una sensación normal, a veces motivada por el cansancio
físico o mental. Pero cuando ese estado de ánimo se mantiene por grandes
períodos o de manera permanente, se está entonces frente a una crisis
depresiva. Los psicólogos definen la depresión como un estado emocional
caracterizado por tristeza extrema, percepción de vacío, rechazo y falta de
autoestima.
Las
estadísticas demuestran que una buena parte de la población mundial es afectada
por este mal, se estima que la cifra oscila alrededor de un quince a un veinte
por ciento. De ellos, menos de la tercera parte solicita ayuda y de los que asisten al médico, casi la mitad
va a una o dos consultas y abandonan el tratamiento o lo hacen “por su cuenta”,
por lo que es considerable la cantidad de depresiones mal curadas o
complicadas. El estado depresivo es más frecuente en las personas mayores de sesenta y cinco años. Este mal
puede aquejar a más de la tercera parte de los ancianos y a veces se manifiesta
de manera solapada a través de dolores o trastornos del sueño que se tratan de forma
incorrecta.
Se debe tener en cuenta que no toda persona
triste es depresiva, aunque la tristeza es uno de los principales síntomas de
la enfermedad. Las personas depresivas poseen muy baja su autoestima y sienten
sentimientos de culpa por todo lo que pasa a su alrededor, y en muchas ocasiones
tienen ideas suicidas. Otra característica común en los depresivos es la falta
de memoria, pues no fijan la atención en el exterior, al estar muy concentrados
en su mundo interior.
Las
investigaciones realizadas en torno a esta afección psíquica indican que las
mujeres sufren más depresión que los hombres, debido a los cambios hormonales
frecuentes en su organismo, sobre todo los posteriores al parto, que suelen
comenzar dos semanas después del alumbramiento y pueden durar meses o años; probablemente
producida por cansancio, cambios hormonales, soledad y la preocupación de
cuidar y amar a un bebé de forma adecuada. También se sabe que la mujer en el
proceso de la menopausia, es sensible a estos estados de ánimo. Asimismo se
conoce que las mujeres solteras, separadas o divorciadas tienen más tendencia a
la depresión que las que viven en pareja. Y muy lejos de lo que se pueda
pensar, las viudas se deprimen menos que las divorciadas.
Investigaciones
realizadas han comprobado que el esperma masculino ejerce un efecto
antidepresivo en las mujeres y que las féminas expuestas directamente a él durante la relación sexual sufren menos
la depresión. Según los científicos, las hormonas presentes en este fluido como la testosterona y los estrógenos
pudieran influir en el humor de las personas.
Son
también síntomas de depresión las cefaleas o dolores de cabeza, palpitaciones,
dificultad para realizar las actividades de la vida cotidiana, trastornos del
sueño, ideas de suicidio y disminución del deseo sexual.
Los
niños también sufren depresión. Por difícil que sea, debemos admitir que la
infancia no es siempre feliz y esa realidad puede tener distintas causas
sociales como el hambre, la guerra, el abandono, el abuso sexual o la
violencia. El saldo son niños víctimas
de esta dolencia, que pueden llegar al suicidio. En el otro extremo están los
ancianos, quienes constituyen un grupo importante afectado por este
padecimiento. A esta edad, las causas
más frecuentes se asocian a la muerte de un ser querido, la soledad,
jubilación, pérdida de roles y autonomía, problemas de convivencia familiar y
situación económica deficiente.
En la opinión de los expertos de cada cuatro personas, una pasará por un período depresivo en algún
momento de su vida. Es bueno que conozca que según el criterio médico el
ochenta por ciento de los que sufren depresión, logran sobrepasarla y
recuperarse a los dos o tres meses de tratamiento. Pero aún así, los médicos
alertan sobre la prevalencia de esta afección, de causas un tanto desconocidas y
que puede llevar al suicidio.
Casi todos los especialistas coinciden en que la familia es un factor
esencial tanto en la profilaxis de la enfermedad como en la total y pronta
recuperación, a tal punto, que se tiene
en cuenta en el tratamiento, la funcionalidad de esta institución y se evalúan
factores tales como la cohesión, la adecuada comunicación, y el afecto entre
sus miembros como indicadores al pronosticar una crisis depresiva. Cuando la
familia funciona como un equipo donde se comunican directa y claramente los problemas, sus miembros se vinculan
mediante el afecto mesurado y se respetan los límites y las reglas de los demás
integrantes, estamos ante un agente protector o al menos atenuante del proceso.
Le recomiendo estar muy al tanto y no descuidar el descanso personal,
así como la atención a la familia. Comparta con sus familiares y amigos, converse
más con su vecino, esposo o esposa e hijos, conozca de sus preocupaciones y
problemas, pero a la vez háblele de los suyos. La mejor forma de enfrentar la
depresión es darse cuenta de que atravesamos por ella. Muchas veces el simple
hecho de revelar nuestros sentimientos puede ser de gran ayuda, especialmente
si hay otras personas dispuestas a compartirlos con comprensión y afecto.
Recuerde que los pensamientos son los que dirigen las emociones llénese de
pensamientos positivos porque ellos conducen siempre a emociones gentiles.
El ser humano es capaz de enfrentar y vencer la
adversidad sin ser devorado por la desesperanza, si le da un sentido a su vida
y si encuentra algo por qué luchar. No lo dude, este es el remedio más efectivo
para preservar la salud mental. La pérdida de interés lleva sin remedio a la
depauperación psicológica, que se traduce en el deterioro físico y en la
muerte. Es posible cambiar nuestra forma de percibir la realidad, por muy
dramática que esta sea, también podemos ajustarnos y buscar modos de enfrentar
la frustración de forma más creativa, tal vez, la clave esté en mirar más hacia
el lado positivo que siempre puede tener
un desengaño o un padecimiento.
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